¿Es posible pensar en un auto volador del futuro? Nada se descarta en un mundo contemporáneo que avanza vertiginosamente. Lo que sí se sabe a ciencia cierta es que ya no es posible pensar en una industria automotriz pura, es decir, sin la participación de la tecnología como base para la creación de nuevos modelos, voladores o no.
Tanto la industria cinematográfica como la literatura de ciencia ficción generan grandes expectativas sobre cómo podrá ser el mundo en el futuro. Sin lugar a duda, los modos de desplazarse siempre estuvieron en la imaginación de los autores, conociendo de antemano la curiosidad que provoca este tema en el público.
El filme “Volver al futuro” nos mostraba que el hombre podía manipular el tiempo y, a través de una rudimentaria maquinaria, transportarse hasta un entrado siglo XXI en el que se visualizaba un futuro increíble: con patinetas flotantes y autos voladores. Aunque ese futuro es hoy, y todavía no contamos con autos de esas características, cada vez estamos más cerca de que aquellos prototipos de ficción, se hagan realidad.
La primera revolución: autos eléctricos
Lo primero que vino a revolucionar el mercado de los automóviles fue el uso de la electricidad en lugar de los combustibles tradicionales. Aunque hay que decir que si bien ya se comercializan los autos eléctricos o híbridos, estos continúan en su etapa de exploración y expansión, y, por lo menos en América Latina, no se presentan como una opción de compra masiva.
En este sentido, sí se sabe que los próximos autos ya no serán vehículos que requieran de sistema de combustión convencional. Los autos eléctricos han venido para quedarse. Y se continúa investigando para lograr avances sustanciales que apliquen a su rendimiento y su costo.
¿Autos o dispositivos?
Si bien en los próximos años se espera una mejora en los sistemas de almacenamiento y carga de energía, también se trabaja incansablemente en las formas de vivenciar un viaje en automóvil. Por este motivo, ya se están experimentando con distintos tipos de softwares que darían un vuelco irremediable a la mecánica y la forma de concebir la conducción.
¿Como seria el auto del futuro? Si salimos de la ciencia ficción y nos ubicamos en los últimos avances, los autos del futuro reales se piensan más como dispositivos. Ya hay fabricantes interesados en imponer coches autoconducidos, es decir, en el que los pasajeros no tengan que hacer otra cosa más que disfrutar del viaje: sistemas complejos computarizados serán “los cerebros” de los autos. La idea de “conductor” se desvanece y asume el protagonismo una tecnología capaz de tomar decisiones que hasta ahora solo el humano hacía.
¿Beneficios? Los programadores hablan de ventajas en distintos órdenes, siendo la seguridad del viaje la principal de todas ellas. ¿Desventajas? Pues la actualización constante de datos puede llevar a lo que se llama “obsolescencia programada”. Los autos necesitarán otros tipos de mantenimiento y recambio con mayor frecuencia que la actual.
Autos hiperconectados
Actualmente, todo se diseña para ser usado corporativamente, en red, y los autos no serán la excepción. ¿Mentes colmena? Por qué no llamarlos así. El tránsito vehicular del futuro se está diseñando como una red de conexiones entre autos, por el que se enviaría información relevante para facilitar el viaje de cada uno. Al mismo tiempo, la industria automotriz apuesta a una mejora en las comodidades: ya no se piensa solo en lo mullido de un asiento, ahora el eje está puesto en el disfrute: mejor calidad de audio, pantallas, conexión a redes, aplicaciones para el ocio.
¿Y el auto volador? Dicen que la ciencia ficción es anticipatoria. Quién no quiere un auto capaz de evadir los problemas del tráfico actual. La realidad es que, si bien hay algunas experiencias, la implementación de prototipos voladores obligaría a la regulación del espacio de tránsito aéreo. En resumidas líneas, aunque el dispositivo esté, todavía queda mucho camino para que pueda imponerse en las realidades culturales de cada geografía.
Entonces, ¿cómo sería el auto del futuro? Los autos del futuro reales están mucho más próximos de lo que pensamos. La velocidad del cambio empuja a las empresas para que estén en sincronía con las demandas de sus potenciales consumidores, ya acostumbrados a que la realidad sea táctil, esté al alcance de un clic y sea multitudinariamente compartida.
